martes, 12 de mayo de 2015

Carmelo

"Tu mi fai girar, tu mi fai girar, come fossi una bambola..."
Patty Bravo. 1968.


Carmelo nació al Sur de Italia en el año de 1962.

El mismo año en el que en el Vaticano, el Papa Juan XXIII excomulga al líder socialista Fidel Castro; el mismo año en el que la selección brasileña gana por segunda ocasión el mundial de Fútbol; el mismo año en el que Marilyn Monroe es encontrada muerta en su habitación de Los Ángeles; el mismo año en que el mexicano Carlos Fuentes publica "Aura"; el mismo año en el que Ringo Starr se une a la banda británica de rock "The Beatles"; el mismo año en el que mueren el escritor suizo Herman Hesse y el físico danés Niels Bohr.

La Ley de la Vida es que mientras los grandes se van, otros grandes llegan a este mundo, y no siempre nacen en metrópolis o en ciudades imperiales, muchas veces eligen nacer en pequeñas localidades que ayudan a despertar y a fomentar el deseo de conocer aquellas ciudades que son o fueron todo esplendor.

¿Será que todo el mundo está destinado a brillar en una Ciudad en la que no nació, pero a la que siempre ha pertenecido?

Carmelo nació al Sur de Italia en el año de 1962, pero siempre ha pertenecido a la Ciudad Eterna.

Carmelo eligió estudiar una carrera que hace algunos años, no era considerada por algunos como una carrera, sólo por la gente visionaria e innovadora, y sí, también, idealista y soñadora.

Carmelo no cree en el amor como esa idea absolutista y perfecta con la que nos bombardean los medios de comunicación, pero desborda pasión por su profesión y por Roma.

Pero, ¿qué persona en su sano juicio no podría enamorarse de Roma?
Capital de un imperio que duró mil años y que ha dejado marcada a la Humanidad de por vida.
Podrán hablar del imperio español, británico, francés, actualmente del imperio estadounidense, pero ninguno de ellos, logra despertar la admiración por lo que fue Roma.

Basta con caminar entre sus calles para lograr imaginar siglos de historia.

Carmelo sabe y conoce los mínimos detalles históricos que la mayoría de la gente ignoramos.

Pero no escribiré de la historia de Roma, sino de Carmelo, que es una historia aún más interesante.

Carmelo es tan cristalino como el agua potable que encuentras en abundancia por las calles de Roma.

Carmelo es tan amable como el cálido clima primaveral de Roma.

Carmelo te sorprende a cada instante, como las lluvias torrenciales que inexplicablemente aturden ciertos días de Marzo en Roma.

Carmelo es tan sensible como el suave trazo del arte renacentista que encuentras en Roma.

Carmelo está hecho de una sola pieza, tal como lo están las columnas que custodian al Panteón Romano.

Carmelo es tan generoso como la majestuosidad de Roma, que le da todo de sí a quien la recorre, sin saber que la persona que llega, no es la misma que la que se despide.

Carmelo nació al Sur de Italia en el año de 1962.

Seis años más tarde, Patty Bravo cantaría una canción italiana que robaría el corazón de una mujer mexicana con el paso del tiempo.

Algunos años más tarde, Carmelo recibiría una visita inesperada de tres mexicanos.

Esos tres mexicanos tenían interés en echar un vistazo al que fuera un Gran Imperio, pero, en el inter, encontraron algo mucho mejor: Encontraron a Carmelo.