martes, 27 de agosto de 2013

De lectura.

"Las personas más bellas con las que me he encontrado son aquellas que han conocido la derrota, conocido el sufrimiento, conocido la lucha, conocido la pérdida, y han encontrado su forma de salir de las profundidades. Estas personas tienen una apreciación, una sensibilidad y una comprensión de la vida que los llena de compasión, humildad y una profunda inquietud amorosa. La gente bella no surge de la nada."
Elisabeth Kübler- Ross

Todos decían que estaba loca.
Las generaciones pasadas transmitían esa historia a las nuevas, y así sucesivamente hasta llegar a mí.

Decían que su prometido la había dejado plantada en el altar.
Y después de ése día, nunca había vuelto a ser la misma.
"Se le van las cabras.", solían decir de ella.

Era mi maestra de Taller de Lectura y Redacción en la Preparatoria.
La verdad es que siempre llegaba apresurada y despeinada.
Viendo fijamente sus facciones no podría decirse que era fea, pero ella se arreglaba de tal manera que no se sacaba provecho.

Nos obligaba a leer a los clásicos.
Y todo comenzó con "El Poema del Mío Cid".
Obviamente, yo nunca pasé más de dos páginas porque me aburrió su tipo de redacción.
Aunque ella decía que era una obra cumbre en la literatura española.
A los 16 años, lo que el mundo considera como obra cumbre a ti te viene valiendo un comino si no roba tu atención.

Pero al finalizar el quinto semestre, con una nota de 6.5 en dicha materia, algo en mí se prendió y juró mejorar.

Al iniciar el sexto semestre me di a la tarea de leer todos y cada uno de los libros que esa maestra de personalidad sui generis nos encomendaba: Así vinieron Kafka, Carlos Fuentes, Alejo Carpentier, Goethe y Borges.

Y mientras leía y comentaba impresiones en la clase, me di cuenta que mi maestra, tocada, despeinada y todo, era una mujer de alma sensible con un posgrado en Europa en alguna cuestión literaria.
Tenía un cúmulo de conocimientos latentes para nosotros, y casi nadie se percataba de ello por burlarse de ella y seguir fomentando las leyendas urbanas a su alrededor.

En efecto, la gente bella no surge de la nada.

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Y como no había mejor manera de presentar a un hombre de libros, este domingo tuve la oportunidad de conocer a Ivanius !!! ovación! fanfarrias!! suspenso!! Y para que no les digan y no les cuenten, y siguiendo con la costumbre de este blog cada vez que se atraviesa la línea virtual hacia la real, éstas son las diez cosas que no sabías de Ivanius:

1.- Es una persona sumamente puntual... a contrario de uno, sniffff!!!
2.- Sólo una vez se fue manejando de su casa a su actual trabajo: Duró dos horas manejando y pagó $100 de estacionamiento.
3.- Su manera de viajar, es la Julio Verne ;)
4.- Piensa que el New Yorker no entra en los rubros de arte ni entretenimiento :P
5.- Es la única persona que NUNCA ha fallado en escribir en Escribidores y Literaturos. Woooow!! Mis respetos!
6.- Adora a los abogados!! Piensa que tienen un don increíble de redacción y lógica. Y también que son súper divertidos! Todo un conocedor!! cof cof cof
7.- Tiene ascendencia croata, ehhhh? Quiubo!
8.- Tiene una capacidad analítica increíble!!! Y además de todo, es muy detallista! Veremos si sólo el blanco es para soñar! ;)
9.- Dice que una verdadera amistad se basa en el cariño, por sobre todo, y luego de toooodo ese cariño, viene el respeto jajaja xD
10.- Puede durar 5 CINCO AÑOS cuidando su reputación, para que unos confianzudos escuincles duren 5 CINCO MINUTOS para acabarla!! JAJAJAJA

Todo un placer, mi estimadísimo!

miércoles, 8 de mayo de 2013

Elías.

Elías es un abogado nacido en el Municipio más grande de todo el mundo, pero por aras y casualidades del destino, residente de la Ciudad Capital.

Él es la fusión perfecta entre el Distrito Federal y una Ciudad foránea: Tiene grandes aspiraciones, y en contra prestación cimientos fuertes y bien definidos.

Él todavía puede subir a un edificio y ver montañas detrás de sí, y el mar por delante.
Le gusta saber dónde está ubicado, en sentido literal y no.

Él tiene gusto por las Matemáticas, pero se apasiona por el Derecho.
Le gustan los números, el orden, la armonía, lo exacto: el mundo del deber ser.
Nada de medias tintas.

Él tiene una personalidad fuerte, pero amable.
Le molesta la apatía de la juventud actual, pero sonríe ante las repentinas muestras de idealismo de las nuevas generaciones.


Él tiene una memoria envidiable, casi tanto como Wikipedia.
Al hablar de sus recuerdos parece que uno pudiera transportarse hasta ese momento.


Él es muy desesperado y perfeccionista.
Su secretaria por ningún motivo se equivoca.

Él posee una voz segura que denota autoridad.
La primera impresión que se tiene de él es que un hombre bastante sangroncito. Con M.
Pero la segunda impresión llega cuando él sonríe.
Y al sonreír no sólo desinhibe a su interlocutor, también muestra sus sexys hoyuelos en sus mejillas.


Él tiene unos ojos muy expresivos.

No hay ninguna emoción que no se filtre a través de ellos.
Ni la vanidad y el orgullo con los que habla de sus éxitos y aprendizajes, ni cuando aflora el niño berrinchudo que lleva dentro.

Él tiene un gusto exquisito en el arte culinario.
Sabe encontrar el maridaje perfecto.

Elías tiene una mente ágil y brillante.
Ésa clase de mentes, que por más que se trate, no pueden pasar desapercibidas.

Por más que me esfuerzo no puedo recordar el color de su camisa.
Creo que era azul.






 


lunes, 25 de febrero de 2013

Cloud Atlas.

"No creo que haya sido un accidente que yo te haya visto primero."
Robert a Sixmith en Cloud Atlas.

De un tiempo a la fecha la vida se ha convertido en un continuo vaivén de sentimientos encontrados.

Un día encuentras a quien tú crees que es el amor de tu vida, y al otro día, él encuentra al amor de su vida.
Un día te encuentras en la cúspide del éxito laboral, y al otro, te estancas en tu zona de confort.
Un día mueres de ganas de tener una vida saludable, y al otro estás atascándote de azúcares.
Un día sonríes pensando en tu futuro, y al otro, te aterra el pánico de la incertidumbre.
Un día amas tus sueños, y al otro día se convierten en pesadillas.
Un día estás segura de que quieres tener un hijo, y al otro te preguntas si en realidad es sano traer más gente a este mundo.
Un día te das cuenta que las cosas materiales han dejado de seducirte, y al otro te endeudas por cantidades que nunca antes habías considerado siquiera.


Te encontré en una cafetería de una Ciudad Vecina.
Según entiendo, tú llevas más tiempo que yo asistiendo a esa cafetería a la misma hora matutina.
Siempre pides lo mismo. Un café americano descafeinado.
Siempre a la misma hora. Nueve y media de la mañana.
Siempre vas vestido de la misma manera. Traje sastre oscuro.
Siempre haces la misma mueca al sonreír.
Siempre lees el Periódico en tu smart phone.
Siempre vas solo. Pero hoy sé que estar solo no significa necesitar compañía.

Te encontré en un momento donde ya estaba harta de mi Yo, Mujer.
Donde tantos intentos fallidos por ser la Mujer Perfecta para alguien me hacían sentirme la Mujer Más Imperfecta de todo el Mundo.
Donde ya ni siquiera estaba interesada por verme atractiva para los hombres.
Donde pensé inclusive, en que la heterosexualidad no era para mí.
Donde quise encerrarme en mi caparazón como antaño, sin saber si mi coraza seguiría ahí, Para Mí.

Te encontré mientras tú estabas absorto en Tu Mundo Profesional.
Recorrí mi mirada hacia tus manos para ver si había algún anillo en tu dedo anular.
Me quedé mirando tu apariencia pulcra de hombre que acaba de traspasar la línea temporal de los 40 años de edad.
Acudí a dicha cafetería desde entonces cada vez que he podido a las 9:30 de la mañana sólo para verte una y otra vez, y esperar que un día, de la Nada, te percataras de mi existencia.

Un fin de semana fui al cine a ver Cloud Atlas.
Hacía mucho tiempo que no veía una película que me hiciera añorar tanto y recordar Mi Esencia.
Al terminar de verla, las lágrimas salían sin querer y Sin Querer humedecían mis Mejillas.
Y entonces me detuve y pensé para mis adentros: "Si has de llegar, por favor, da una muestra de Tu Existencia, ya no quiero conocer a Nadie Más que no seas Tú."

El lunes siguiente, a las 9:30 am, en la Cafetería de una Ciudad Vecina, él, cuyo nombre desconozco todavía, volteó por una casualidad del destino y nuestras miradas se entrecruzaron.
Él sonrió.
Yo sonreí.
Y luego, salí despavorida de regreso a Mi Ciudad.

No sé si un día vaya a saber su nombre.
No sé si un día él se acerque a mi mesa a tomar su café conmigo.


Lo único que sé, hoy por Hoy, es que no fue un accidente, el que entre aroma delicioso a café, Yo Te haya visto primero.

domingo, 27 de enero de 2013

Y coincidir.

"... tantos mundos, tanto tiempo, tanto espacio, y ... coincidir".

El viejo mundo lucía como hace dos años lo había dejado.

Diferente, abrumador, elegante, impetuoso.

Era nuestro primer día en Munich y dado que estábamos en pleno Oktoberfest, había gente pululando por doquier.

Busqué como pude un lugar donde comprar un café, hacía aire frío y mis ansias -extrañamente- sólo pueden ser calmadas por ésa bebida de cafeína.

Entramos a una cafetería que llamó mi atención por sus postres, corroboré que el mejor país donde trabajan la manzana en postres, es Alemania.

Mientras decidía con qué acompañar mi café, volteé a ver los chocolates y sus envolturas.
Por 5 euros te daban dos chocolates y una envoltura divina y artesanal, en forma de niño grajero.
El trabajo estaba realizado minuciosamente y me enamoré de él.
Como el viaje iba iniciando, 5 euros para mí eran pan comido y una cantidad insignificante.

- Oye jess -dijo Harris- faltan 17 días de andar de arriba a abajo y tu niñito se ve medio frágil.... No va a llegar nunca entero a Salamanca.

- Cállate zoquete -dije yo- para eso te traje a ti, para que me ayudes a cargar.

Cuando mi viaje terminó y llegué a mi casa, socrosa, más jodida que nunca en la vida, más cansada que nunca en la vida, pero más eufórica también, comencé a sacar los souvenirs para entregarlos a la brevedad.

Cuando ví mi niñito de Munich sentí alegría al ver que milagrosamente no se había desbaratado.

Al día siguiente fui con una amiga querida -muy querida- llamada Miroslava.

Tenía duda de regalarle mi niñito o un imán para su refri, ya que ella es la mejor chef que conozco, mi lado egoísta quería darle el imán porque no me gustaba tanto como mi niñito relleno de chocolates, pero el cariño que siento hacia ella es mucho más grande que mi egoísmo.

Al decirle que le había traído algo y mostrárselo, pude ver en su rostro expresiones de felicidad genuina, casi lloraba y me dijo: "jess toda mi vida he buscado tener un gnomo!!! los amo, he leído tanto acerca de ellos, y ahora, tú lo encontraste y me lo trajiste."

Miroslava, como yo, creemos en la magia, en las dulces coincidencias, y en las señales del destino.

Yo sonreía poque yo seguía viendo un niño granjero, pero ella veía al gnomo que había estado buscando en su incipiente juventud.

Me di cuenta que ese niño/gnomo, no era para mí.
Estaba en Munich, esperando pacientemente su turno de coincidir con Miroslava.